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El nacimiento de la obra de arte

Muchas veces, en conversaciones con otros artistas, he percibido la obsesión de algunos por querer buscar la conexión entre la obra realizada y el mundo exterior. Yo, sin embargo, estoy convencido de que la obra tiene que nacer del interior del artista, sin necesidad de que esté supeditada a esa conexión.

La libertad de creación del pintor debe ser llevada a los máximos extremos. En el momento de la ejecución de la obra de arte hay que cortar todo lazo que una lo intrínseco con lo extrínseco, para que esa unión de lo interior con lo exterior, ni te limite, ni te condicione un solo trazo o un solo matiz de color. La obra que nazca pura del interior del artista, una vez expuesta, ha de contestar a todas las sensaciones exteriores, en esa unión de lo espiritual con lo material, en esa comunión que tiene que existir entre la obra y el espectador, para que sea una fusión de amor y no de análisis.

Jorge Rando, Málaga, enero 2003