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El pintor y las dimensiones en la pintura

Para desarrollar este pensamiento y reflexionar sobre él se necesitaría todo un tratado extenso. Yo, aquí ahora, quiero exponer “mi tratado”, “mis reflexiones”; y me voy a apropiar de la palabra dimensión para que me pueda ayudar a explicar…me lo que yo considero como las diferentes dimensiones en la pintura, en las que ni el pintor puede prescindir del lienzo, pinceles o colores, ni tampoco de la espiritualidad para la consecución de la obra de arte. Esto significa partir del concepto filosófico de la pintura, y hacer de lo que podía ser la figura central, el pintor, el instrumento del que se vale el cuadro para pintarse a sí mismo…, que tenga su vida propia, como hemos oído muchas veces, pero que casi siempre se ha quedado en palabras vanas que, incluso, quien las pronunciaba no las creía…, sólo que “quedaba muy bien”, “muy poético”…, pero… ¿Por qué el artista no puede llegar a entregarse totalmente y ser utilizado como instrumento para hacer el trabajo material de la creación?... Y aquí es cuando entramos en el concepto teológico de la pintura.

Volviendo a mis dimensiones en la pintura, -que ya desarrollaré en un futuro más extensamente-, significaría que la primera dimensión es la existencia del pintor y su entorno. La segunda dimensión la consigue el artista en el acto de pintar. A la tercera dimensión el pintor llega a ella por la escultura. La cuarta dimensión es la de la espiritualidad del hombre-pintor. La quinta dimensión, ¡aquí es donde está la madre del cordero!, ¡aquí es donde está la contestación a todas las preguntas en la pintura!, ¡aquí es donde está el súmmum del arte!, ¡aquí es donde el concepto filosófico de la pintura se convierte en teología!, ¡aquí es donde el cuadro se pinta solo!

Esta es la dimensión a la que me gustaría llegar, aunque sólo fuese asomarme a ella, entregarme con mis pinceles, mis colores y mis conocimientos para ser utilizado por el único Creador, a fin de que el lienzo recree la obra de arte.
Como decía al principio de estas reflexiones, y si soy capaz, seguiré desarrollando “mi tratado” sobre las dimensiones en la pintura, sobre todo la quinta dimensión, que ampliaré en mi próxima exposición escrita.

Jorge Rando, Hamburgo, diciembre 2010